Mucho ha llovido durante estos nueve años y dos meses transcurridos desde que la estación de la Garena abrió sus puertas al público, sin embargo y hasta esta pasada semana había una puerta que jamás abría: la del paso para peatones y ciclistas. El nuevo pasadizo nada tiene de nuevo, es más, sufre el riesgo de inundarse con los grandes aguaceros.
Después de un año de funcionamiento, la estación de Cercanías fue premiada en el salón inmobiliario de Madrid como la mejor actuación de carácter no residencial.
Asociaciones de Vecinos, Ecologistas en Acción, o el Partido Comunista han reivindicado la apertura de este acceso con el paso de los años, recordando que el olvido de esta promesa no era compatible con el aumento de vecinos que lo demandaban para sus desplazamientos cotidianos en unas condiciones mínimas de seguridad.
La verja del paso peatonal estará abierta en el horario de servicio de la propia estación.
El cruce peligroso de la Avenida de Madrid a través de dos semáforos conflictivos en donde numerosos vehículos aprovechan la más mínima ocasión para saltarse el paso de cebra.
La estrechez de la acera bici que enlaza la Avenida de Madrid con la "nueva" calle Fernando Fernán Gómez cuenta con una única señal de espacio compartido para peatones y ciclistas.
El giro entre ambos viarios cuenta con un punto ciego de 90º, además de vegetación en aumento que aumenta las posibilidades de realizar un trazado excesivo e inadecuado. El siguiente vídeo refleja los aspectos anteriormente mencionados:
Escasez de sombras. A principios de año se prometieron 5000 plantaciones arbóreas de distintas especies para el proyecto "parque del Jardín de las palabras". |
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