Ya entrado el año 2017, tanto el Área de Movilidad por un lado como mandos de la Policía Local por otro, cada departamento nos informa de que el proyecto de ciclocarriles no va a plasmarse en su totalidad, dado que los mandos de tráfico rechazan la posibilidad de implementarlo en la Avenida Complutense, principal eje longitudinal del mallado, estas carencias de conectividad arrojan una sintomatología parecida a los informes técnicos compartidos con la ciudadanía: escasez de información.
Previsión del mapa de ciclocarriles facilitado por el Área de Movilidad a principios de 2019 |
Es sabido por todos/as, que los planes de asfaltado y señalización horizontal se desarrollan en el tramo final de cada legislatura, por muy deseable que sea el contar con un plazo mayor a unos meses de sprint final, a pesar de haber incluido presupuestos para su ejecución de 2016 a 2019, el tempo ha sido muy similar a legislaturas anteriores, postergándose en su mayoría hasta sus últimos meses. Durante este periodo de premura, la señalización horizontal forma parte de cada vez más calzadas, ya sea como ciclocalle o como ciclocarril, sin embargo la forma jurídica continúa brillando por su ausencia al no contar con una ordenanza municipal de movilidad que ampare legalmente a ciclistas y patinetes eléctricos a circular por el centro del carril, al igual que muchísimos municipios que aún no han desarrollado su ordenanza de circulación o movilidad, quizá a la espera que la "santa DGT", a pesar de redactar borradores que no prosperan por falta de consenso, dictara alguna cosa al respecto para todos los municipios, o bien quizá como promesa electoral de algunos partidos políticos de cara a la próxima legislatura.
La creación de una Ordenanza Municipal de Circulación está contemplada en el Borrador "Estrategias para el fomento de la movilidad en bicicleta", año 2017. |
Predisposición ha existido desde el Área de Movilidad de cara a programar reuniones con diferentes entidades (colectivos de ciclistas y usuarios/as del patinete eléctrico), si bien se han chocado durante cuatro años con la realidad: una falta de voluntad política conjunta entre las diferentes áreas de gobierno implicadas en su articulación de iure, a partir de una circulación ciclista en igualdad de condiciones que otro vehículo como la norma general en la nueva jerarquía modal de la calzada, a través de medidas efectivas, punitivas, pedagógicas y disuasorias, que consiguieran que en las vías señaladas se generalizase la circulación a 30 km/h con el consecuente efecto en la seguridad vial, la convivencia en las vías y la percepción social del uso de las calles. También permitiría una mejor permeabilización de los transeúntes que podrían recorrer las calles de forma más tranquila y, a su vez, los ciclistas urbanos podrían tomar las calles con el convencimiento de no ser arrollados.
Abordar de manera separada la movilidad mediante un departamento o consejería específica y acotada, sin una verdadera coordinación con el resto de áreas, impide que exista una capacidad real de transformación de la movilidad urbana, ya que se pueden dar fuerzas contrapuestas que anulen todo intento de mejora. Como cualquier medida de actuación de esta índole, ha de ir acompañada de otras para evitar su aislamiento y fracaso.
Hoy no se puede afirmar que exista una pacificación del tráfico mediante intervenciones físicas, como son la implementación de señalización horizontal o el estrechamiento de viarios que circundan el casco histórico, con los que se ha ganado que circulación del vehículo de paso por éstas sea incómodo e ineficiente (zig- zags, gestión de los sentidos del tráfico, disminución de la amplitud de visión, o la reducción de los radios de giro). Son indicios de que se está progresando, pero de ahí a llamarlo "un anillo que rodea el centro como el de Copenhague" como han afirmado desde la municipalidad, pensamos que es un análisis impreciso y sin necesidad de comparación, pues a la naturaleza cultural y urbana de cada ciudad europea le corresponde una casuística diferente.
En relación a numerosas rotondas que se están construyendo, quisiéramos hacer dos apuntes, referenciando al Plan de Gestión del Recinto Histórico en materia de movilidad: "Sólo en rotondas y cruces puntuales en las rondas se dan dificultades que pueden hacer a un ciclista poco experimentado desistir de su ruta" (...) "Existen algunos cruces en las rondas que rodean el casco que dificultan el uso de la bicicleta. Se recomienda una política de pacificación de calles también en dichas rondas y el cambio de configuración de cruces y tiempos de semáforos para facilitar el uso de bicicleta en la calzada. Especial tratamiento deben de tener los cruces en rotondas de más de un carril, de difícil manejo para los ciclistas, irresolubles con seguridad con infraestructura ciclista exclusiva y poco eficientes como medida para gestionar del tráfico a partir de un cierto volumen y obstáculos a la circulación peatonal por encima de ciertas dimensiones. Se recomienda el cambio de dichas rotondas por cruces más sencillos semaforizados, con la posibilidad de tener fases exclusivas para ciclistas para gestionar los giros a la izquierda". Ante estas referencias, expuestas en la Mesa de la Movilidad, que no han sido contempladas, tan solo hemos encontrado silencio institucional.
¿Qué otras medidas de actuación son también necesarias para que el concepto de pacificación del tráfico progrese adecuadamente?
En primer lugar, cabe destacar aquellas medidas de actuación que constan en el borrador "Propuesta de Estrategia Movilidad en Bicicleta" y no han sido desarrolladas hasta la fecha:
- Elaboración y edición de un folleto sobre las vías ciclistas del municipio.
- Campaña divulgativa de sensibilización pública acerca de qué es un ciclocarril 30. En la Mesa de la Movilidad se declaró que iba a tener lugar cuando el entramado de ciclocarriles estuviese más avanzado, siendo necesario dada una diversa capacidad de interpretación, puesto que no es una restricción exclusiva para ciclistas; existen actores que componemos el reparto modal y continuamos a la espera por el bien de que se promuevan nuevos recursos para la convivencia.
Asimismo, destacamos las siguientes medidas que, en su conjunto, consideramos más relevantes de cara a continuar con el largo y costoso proceso de pacificación del tráfico:
- No existe ninguna señal vertical de ciclocarril 30 en el casco urbano. Ante la señalización propuesta por parte del activismo local con colaboración institucional se prometió contemplar un presupuesto allá por Octubre de 2016, más adelante se aseguró que estaba presupuestado, ojalá y pronto llegue su instalación.
- Tampoco existe una adecuación de la señalización vertical existente a 30km/h, perdurando todas aquellas de límite a 40km/h, a lo que hay que añadir que la señalización horizontal apenas se aprecia visualmente una vez se engrisece, apreciándose una peor calidad de la pintura en relación a otras urbes. Toda esta ausencia de medidas al unísono genera dudas ¿qué mensaje institucional se está enviando a los actores que utilizamos la calzada? Fuentes del parque de servicios nos han confirmado que existe una orden para la retirada de estas señales, sin embargo cuanto más tiempo transcurra mayor es la posibilidad de asociar esta situación como un símbolo de oportunidad perdida, de recursos malogrados y confusión en los procedimientos de velocidad máxima autorizada.
Ciclocalle pintada en la Avenida de Juan de Austria engrisecida tras el paso de dos semanas y señalización vertical obsoleta |
- La nueva configuración de los pasos de peatones ha traido baches que antes eran inexistentes. Los peatones han de ser siempre los protagonistas inequívocos de una jerarquía vial a su favor. Este deterioro hace que el caminar de la calzada sea menos accesible.
Paso de peatones en la Ronda del Henares, se aprecia el evidente deterioro tras las obras de señalización viaria |
Presupuesto municipal 2015-2019 dotado al proyecto y señalización de calles tranquilas. |
Es por ello notorio, que la prioridad reside en la necesidad de implementar mecanismos pensados para que la movilidad se trabaje de manera más transversal, porque de forma aislada y separada es muy difícil que pueda mejorarse favorablemente. Esta confusión legal se encuentra estrechamente vinculada al aplazamiento de las medidas concretas que se pueden introducir dentro y más allá de la obra civil, a fin de facilitar la movilidad y que al mismo tiempo no incumplan la normativa sobre circulación. Hemos visto en diferentes ejemplos cómo la aplicación de medidas de movilidad sostenible puede despertar reacciones muy enfrentadas contra las mismas, y que incluso entidades que a priori podrían considerarse aliadas se oponen a las mismas por cuestiones de forma o de procedimiento. Asumiendo que cualquier transformación que generemos para modificar el orden de prioridades en el uso del viario va a resultar conflictivo, parece fundamental mimar los procesos de participación para la puesta en marcha de tales medidas. Es evidente que un extenso conjunto de medidas de actuación (fisicas, educativas, divulgativas) no se pueden desarrollar en un corto periodo de tiempo. Sin embargo, como ya se ha apuntado, existe la necesidad de secuenciar su puesta en práctica de manera consensuada y estratégica, cuantiosa herencia comoquiera que sea la próxima composición del gobierno local.
FUENTES CONSULTADAS:
- Curso "Municipalismo y Movilidad Sostenible" impartido por Ecologistas en Acción, 2012.
- Borrador "Propuesta Estrategias Movilidad en Bicicleta", 2017.
- Actas de la Mesa de la Movilidad 2014-2019.
- Plan de Gestión del Recinto Histórico. Movilidad, 2011.
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